STRONGER: Venciendo la ansiedad / Parte 1

Es posible que el COVID-19 haya trastocado tu vida directa o indirectamente. Todos hemos sido testigos de cómo el mundo se ha paralizado. Y lo que una vez sonó como una muy mala noticia, de lo que le estaba sucediendo a alguien que se encuentra muy lejos, ahora es una amenaza real y cercana, la cual no se escapa de ningún tema de discusión.

El tema del COVID-19 llegó a tener más de 20 millones de menciones a través de las redes sociales más conocidas en el mundo. En el mes de marzo, brincó de 5 a 20 millones de menciones en solo 24 horas. Digo, estos son estudios formales y bien serios. Pero si incluyeran los MEMEs de Puerto Rico, ¡20 millones de menciones del COVID-19 se quedarían muy cortos!

Es que el COVID-19 no es un chiste, ni mucho menos algo para tomarlo como poca cosa. Ha sido una pandemia de impacto mundial. Ya sobrepasa el millón de personas contagiadas y cientos de miles de muertes. Muchas víctimas alrededor del mundo. Demasiadas.

Pero, ¿y qué tal las víctimas de la ansiedad causada directa o indirectamente por el COVID-19? Por una parte, la cuarentena ayuda mucho a frenar los contagios, pero por otra, aumenta la cantidad de personas expuestas a sufrir ansiedad.

¿Y qué es la ansiedad? Se define como "estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad". El concepto ansiedad tiene su origen en el término latino 'anxietas'. Se trata de la condición de una persona que experimenta conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación.

Cabe resaltar que la ansiedad no siempre es patológica, sino que es una emoción común como el miedo o la felicidad. En este sentido, es una emoción y se parece a muchas otras emociones. Por tanto, la ansiedad puede ser una reacción sana cuando nos ayuda eficazmente a enfrentarnos a una amenaza real; pero puede no ser tan sana en otras ocasiones.

La ansiedad sanestá asociada a miedos que nos preservan la vida. Podemos haber aprendido estos miedos por observación o por experiencia propia, pero también heredamos muchos otros a través de la memoria social o miedos de desarrollo (como la oscuridad, la separación, los terrores nocturnos, entre otros).

La ansiedad patológica, por otra parte, no es eficaz, pues afecta nuestra vida al punto de hacernos sentir infelices. Esta ansiedad nos puede llevar a experimentar miedos intensos, como las fobias (fobias sociales, agorafobia y otras), obsesiones y manías. Puede tratarse de una ansiedad ligada a una situación o un estímulo concreto, o puede ser generalizada.

¿Dónde empieza lo patológico? A veces es difícil determinarlo. Por ejemplo: tener miedo a la muerte (ansiedad sana) vs. la hipocondría (ansiedad patológica).

La realidad es que, todos somos vulnerables a sentir ansiedad. Por lo tanto, me hago la siguiente pregunta: ¿Da Jesús algún consejo de cómo manejar la ansiedad? La respuesta es SÍ, y sus consejos están registrados en Mateo 6:19-34. Por ahora, nos concentraremos en los que aparecen en Mateo 6:19-21:

19 "No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. 20 Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. 21 Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón". 

La ansiedad y nuestros tesoros

En el versículo 19, Jesús comienza sus consejos acerca de las preocupaciones y la ansiedad hablando de la importancia de no “hacer tesoros” sobre cosas terrenales: "No almacenes tesoros aquí en la tierra...".

Osea, no te aferres, no te afanes, no pierdas el sueño, el apetito, las amistades, las relaciones por causa de cosas terrenales. ¿Por qué? La respuesta está más adelante, en el mismo versículo: "las polillas se los comen y el óxido los destruye, y [...] los ladrones entran y roban".

Resulta que TODO lo terrenal te puede/te va a fallar.

Ahí encontramos el primer gran problema para vencer la ansiedad. Nuestro “Plan Maestro Anti-Ansiedad” muchas veces consiste en aferrarnos/acumular/hacer tesoros en cosas que al fin y al cabo no son infalibles, ni confiables. Nos aferramos al dinero, al poder, a las posesiones, a las personas y TODOS pueden, y nos van a fallar.

Entonces, ¿cuál es el consejo de Jesús para vencer la ansiedad?

El consejo aparece en el versículo 20: "Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar".

Hacer tesoros en el cielo es otra expresión para hacer de lo eterno lo más importante en tu vida.

Pablo lo resume excelentemente en 2 Corintios 4:18:

18 Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.

Posiblemente, para algunos de ustedes esto suena como un concepto “demasiado abstracto” como para tratarlo. Pero, ¿qué tal si en lugar de tratar lo mismo (hacer tesoros terrenales) esperando un resultado diferente, tratamos los consejos de Jesús para vencer la ansiedad?

No estamos hablando de creer en todo lo que dice la Biblia ciegamente, tampoco de imaginar cosas y repetirlas lo suficiente hasta que las creamos. Estoy hablando de poner a prueba a Jesús, para ver que lo que Él dice es verdad.

Estoy convencido de que, no importa el camino donde te encuentras actualmente, si estás en busca de la verdad, TIENES que encontrarte con Jesús.

Puedes comenzar contestando la siguiente pregunta: ¿En dónde está fijada tu vista, en lo terrenal o en lo eterno?

Jesús nos dice en Mateo 6:21: "Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón". Esto quiere decir, donde esté lo más importante para ti, allí estarán tus tesoros, y donde están tus tesoros, allí está tu corazón.

Resulta que la ansiedad es la alarma perfecta para saber en quién o qué está puesta nuestra fe.

¿Qué te causa ansiedad? Ahí están tus tesoros; los que cuentan de verdad, los que llevan amarrados tu corazón.

Jesús sugiere lo siguiente: si quieres vencer el miedo paralizante de la ansiedad, debes evaluar y contestarte dónde has puesto tus tesoros, ¿en lo terrenal o en lo eterno?
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